Fuente: Lasarribesaldia.es 2012-12-08

Con menos pomposidad que entonces, pero con mayor ilusión si cabe, decenas de personas rememoraron este sábado en Vega Terrón el 125 aniversario de la inauguración de la línea del Duero, un acto promovido por la Asociación de Frontera Tod@vía y con el que pretende reivindicar su reapertura con fines turísticos después de su cierre al tráfico ferroviario el uno de enero de 1985.

Vestidos de época, en su mayoría, el público asistente permanecía junto al puente internacional para presenciar el simbólico acto de dos máquinas ferroviarias chocando sus topes en la línea fronteriza que separa a ambos países. Españoles y portugueses celebraban como hace 125 años la apertura de una puerta a la esperanza para un territorio que comparte mucho más que el Duero, el camino de hierro que los acercó físicamente, aunque ello solo sucediera durante 98 años.

Pero entre ambos pueblos el espíritu permanece unido –más que nunca– para reivindicar la utilización turística de este trazado de 77 kilómetros, distancia que  separan a las estaciones de Boadilla, en La Fuente de San Esteban, y el puente internacional que une en Vega Terrón a La Fregeneda y Barca d’Alva, una línea férrea que en el año 2000 lograba para su último tramo, comprendido entre estas dos localidades, la catalogación como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento, pues no en vano su construcción fue la mayor obra de ingeniería civil llevada a cabo en España durante el siglo decimonónico.

Y ese espíritu podía comprobarse este sábado como aquel 8 de diciembre de 1887, cuando con presencia de la reina María Cristina, en el puente internacional, dos trenes, uno portugués y otro español, besaban sus topes.  Era el principio de un sueño para los habitantes del Campo Charro y El Abadengo, un plácido sueño que se mantuvo poco más de medio siglo, hasta la nacionalización y el agrupamiento en una sola empresa de todas las compañías de ancho de 1,668 metros que operaban en el Estado español: nacía la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE), y a partir de aquel momento la infrautilización de este tramo ferroviario  a favor del transporte por carretera.

Y como entonces, con las barandillas del puente engalanadas de banderas, los ferroviarios de Tod@vía guiaban este hermanamiento de hierro para hacerlo aún más eterno, un acto que se reproduciría, minutos después, unos metros más cerca al lugar donde se apostaba el público para presenciar este emotivo momento, en 1887 y en 2012, aunque ahora con dos pequeños vehículos adaptados a los raíles del tren.

Tras el evento llegaba la fiesta, y lo hacía con el grupo de folclore La Aldaba, de Vitigudino, fados y el característico sonido de la música portuguesa interpretada por un acordeonista, todo para celebrar el momento como entonces, con tocados de boinas para los hombres, y pañuelos y sombreros las mujeres, algunas.

La celebración continuaría más tarde con la comida, más música y la proyección de un audiovisual sobre el trabajo desarrollado por la Asociación Tod@vía en los últimos meses, principalmente la limpieza de 22 kilómetros de vía entre las estaciones de La Fregeneda y Olmedo de Camaces, y que en estos momentos son aptos para la circulación de pequeños vehículos adaptados a las vías ferroviarias.

Tras esta jornada, por delante queda mucho trabajo que realizar, especialmente el de convencer a las administraciones de la viabilidad turística de este trazado por medio de la utilización de estos pequeños artilugios, que como biclonetas o el futuro EnTrenAndo puedan volver a traer vida a la vía.