Fuente: Lasarribesaldia.es 2013-11-22

El presidente de la Diputación Provincial, Javier Iglesias, presentó ayer jueves en Intur la Red de Senderos de Frontera, cuatro senderos de 30 kilómetros de longitud y que tienen como punto de partida cuatro municipios de la comarca de Vitigudino, todos ellos con atractivos desde el punto de vista etnográfico, cultural y medioambiental. Una propuesta, señaló el presidente de la Diputación de Salamanca y del Patronato Provincial de Turismo, enfocada al turismo activo familiar y que se desarrolla en gran parte en el marco del Parque Natural de Arribes del Duero.

El primero de los senderos de esta nueva red es ‘El sendero del Aceite’, que discurre entre almendros y olivos y permite disfrutar del paisaje entre San Felices de los Gallegos y Ahigal de los Aceiteros en un recorrido circular de 11,5 kilómetros de dificultad baja. Fuentes de piedra medievales, molinos centenarios, puentes, el Museo del Lagar del Mudo en San Felices y la Almazara de Ahigal de los Aceiteros son algunos de los puntos más interesantes que el caminante puede encontrar en su recorrido.

‘El sendero de los Frutos’ es otra de las rutas que permite disfrutar de la naturaleza en su estado más salvaje y contemplar la flora y la fauna –como el águila perdicera, el buitre leonado o el alimoche– de Las Arribes del río Águeda a su paso por Ahigal de los Aceiteros, en sus nueve kilómetros.

El tercero de los senderos tiene como nombre ‘El sendero de las Piedras Mágicas’, en los alrededores del municipio de La Redonda. También a lo largo de nueve kilómetros se puede disfrutar del patrimonio arquitectónico formado por una colección de piedras milenarias como son los restos de una calzada romana, el dolmen de los Pedazos de la Mata, pasando por fuentes, pontones, puentes, lanchas y enterramientos.

Finalmente, ‘El sendero de La Barca’ es una ruta circular de cinco kilómetros por los alrededores de Vilvestre que ofrece al senderista algunas de las vistas más impresionantes de Las Arribes del Duero en la provincia. Discurre por caminos utilizados desde tiempos inmemoriales por arrieros y carreteros, contrabandistas y negociantes que transportaban sus mercancías hasta el vecino Portugal.