Fuente: El Adelanto 2011-04-24

Yecla de Yeltes. Hace 2.500 años. Los hombres del poblado vetón han salido temprano de caza, siguiendo el rastro de la pieza de jabalí. En el poblado, las mujeres se afanan en cardar la lana de las ovejas recién esquiladas, en limpiar la choza y preparar el fuego doméstico. Desde el fondo del poblado llegan los ecos de los golpes sobre la piedra y en la taberna romana la lumbre ya prende para preparar las viandas. Aquí se puede degustar queso, carnes asadas al estilo Vetón y buen vino, todo por unas cuantas ‘eclas’, la moneda del poblado.

Y es que ayer los habitantes de Yecla de Yeltes volvieron a sus orígenes, con la escenificación de la vida vetona en el poblado recreado tras la muralla del castro. Un castro que, por cierto, tiene sus orígenes hacia el año 500 a. C., poco antes de lo que los historiadores llaman el inicio de la Segunda Edad del Hierro. El castro de Yecla La Vieja fue fundado por los vettones y sufrió varias ocupaciones a lo largo de su historia.