Vitigudino acoge una concentración de tamborileros

Fuente: La Gaceta de Salamanca

Los toques, como las olas del mar, son siempre iguales pero siempre diferentes. La gaita y el tamboril se engarzan en una infinita espiral de sonido. Hay quienes, como Arcadio, tocan con tal exceso de ritmo que a los más jóvenes les cuesta seguir el paso, otros, más bisoños, recién empiezan a sonar sus palos. Pero lo que está claro es que ni uno solo de los tamborileros que se reunieron ayer en la primera concentración que se celebra en Vitigudino concibe la vida sin el ancestral repique de la música charra.

Llegados desde Barreras, Vilvestre, Lumbrales, Hinojosa, Ciudad Rodrigo, Barruecopardo, Bañobárez, El Cubo de Don Sancho, Saucelle, Aldeadávila y, junto a los exultantes anfitriones de Vitigudino, algún que otro zamorano y portugués. A partir de las doce del mediodía todo fueron charradas, jotas y ´brincaos´, desde las cuatro calles hasta la iglesia de San Nicolás de Bari. Decenas y decenas de tamborileros regalaron su música a los vecinos de Vitigudino que les iban saliendo al paso saludando a ´La Tarara´, ´La Tani´ y otras mozas casaderas. Ningún rincón del pueblo quedó sin baile, era este martes Vitigudino el mismo centro de la charrería. Y, para bajar lo bailado, nada mejor que unas ´patatas meneás´ tan charras como ellos.

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