NOTAS SOBRE HISTORIA Y ARTE EN SAN FELICES DE LOS GALLEGOS

Resumir en unas pocas líneas el rico y vasto patrimonio de la histórica villa de San Felices de los Gallegos es tarea más que difícil, y por ello, nada mejor que el viajero nos visite para conocerlo.

El conjunto monumental que atesora la villa, ofrece la posibilidad del paseo sosegado por las diferentes épocas, estilos artísticos y avatares históricos, a través del núcleo urbano medieval de la villa, visitando sus notables edificios, supervivientes a las injurias del tiempo y las guerras.

A escasos metros de "El Corral de las Arribes" se encuentran los recintos fortificados de la plaza de armas del castillo: construidos los medievales entre los siglos XII al XIV y del año 1700, el moderno sistema de fortificación abalaurtada, que dan paso a la magnífica y recientemente restaurada Torre del Homenaje. Nacida de la reedificación de una pequeña torre a finales del siglo XIII, por mandato del sexto rey de Portugal Don Dínis, en la torre del castillo se acometieron reformas y ampliaciones en el siglo XIV. Ya en el último cuarto del siglo XV, se amplió definitivamente en su parte superior, obra promovida por el Primer Duque de Alba, Garcia Álvarez de Toledo, Señor de San Felices desde 1476.

La torre mayor del castillo ha sido rehabilitada durante los tres últimos años, siendo actualmente sede del "Aula Histórica de San Felices", que forma parte de "la Ruta de las Fortificaciones de Frontera" proyectada por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. El aula permanece abierta al público en general, todos los fines de semana y festivos del año en horario de mañana y tarde.

Una vez visitado el castillo, y saliendo de los recintos amurallados, en dirección a la iglesia parroquial, pasamos por el "Arco de las Campanas" formado por la puerta de un recinto amurallado del siglo XIV, y rematado por una espadaña de original cuerpo de campanas. La parroquial es "catedral rural" de diferentes épocas y estilos. Arquitectónicamente hay que resaltar la portada de los pies, románica de transición al gótico de los finales del XII y los principios del XIII. Interesante también son las nervaduras góticas de la bóveda de la capillla mayor, y el arco de ingreso, con decoración renacentista de grutescos y caritas aladas de ángeles. Un incendio de finales del siglo XIX, devastó la iglesia, consumiéndose en llamas un gran retablo con pinturas del pintor pacense Luis de Morales "El Divino", uno de los mejores artistas del panorama pictórico de finales del XVI español. De las llamas sólo pudo salvar un crucificado de mediados del siglo XVII, talla anónima, muy digna, que se encuentra junto al baptisterio.

Desde la iglesia, vamos paseando hasta el también cercano Convento de la Pasión, fundación del siglo XVI, debida a la limosnera de los Reyes Católicos. Lo más interesante es la portada de la iglesia conventual, barroca y con evidentes influencias portuguesas en lo decorativo. El Convento está regentado por trece religiosas de la Orden Agustina, dedicadas a la vida contemplativa y a la elaboración de típicos dulces conventuales de gran calidad que se venden al público.

Continuamos el paseo por el pueblo, deteniéndonos a cada momento en los numerosos detalles de la arquitectura popular de sus casas graníticas y en la decoración de los dinteles de las puertas, para llegar a la Ermita del Rosario, construida en el último cuarto del siglo XVIII. Lo más destacado son sus retablos de granito, posteriores al año 1777, cumpliendo la pragmática real de Carlos III, que prohibía la construcción de retablos de madera en España, para evitar los incendios, que fueron demasiado frecuentes en las iglesias de la época.

Nuestro paseo, nos lleva ya hasta otra interesante ermita, la del "Divino Cordero", fruto de las sucesivas ampliaciones acometidas sobre una pequeña ermita de humilladero del XVI. Se venera a Jesús Nazareno, escultura del siglo XVIII a la que se profesa gran devoción popular y que es protagonista de la fiesta de Santa Cruz que se celebra el 3 de mayo con la participación de antiguas cofradías.

Después del amplio recorrido por sus monumentos, el viajero encontrará el merecido descanso en la tranquilidad de nuestra casa rural donde podrá planificar las rutas naturales para la siguiente jornada.