Fuente: Salamanca24horas.com 2012-03-11

Que los pueblos de Las Arribes del Duero tienen atractivo, y mucho, lo demuestran las cerca de 1.200 personas que recorren las laderas del Duero en el término de Vilvestre en la XVII edición de su tradicional Marcha Arribes del Duero que, todo hay que decirlo, es la primera que se organizó por estos lugares de frontera.

Desde primera hora de la mañana, los diferentes senderistas llegaron a la plaza del Frontón, junto al inconfundible y bello Rollo de Justicia, de puro estilo gótico manuelino –lo que demuestra la relación que existe en estas tierras de ambos lados de la frontera- para recoger el regalo y formar los diversos grupos que iban saliendo, con el goteo característico, del núcleo urbano.

Gente de todas las edades y condición marchaban alegres en una jornada dominada por un sol que, si a primera hora la temperatura era algo gélida por una fresca brisa, según avanzaba la serpiente por las laderas del Duero el calor comenzaba a hacer mella en los caminantes. Para hacerle frente nada mejor que un alto en el camino para reponer fuerzas con agua y las exquisitas naranjas cultivadas en el municipio que nada tienen que ver con esas otras de mercado, tanto en textura, olor y sabor.

Además, para acompañar al Ayuntamiento en este evento de promoción de Las Arribes del Duero –sin lugar a dudas las grandes desconocidas para una inmensa mayoría de salmantinos- también realizaron la marcha el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, acompañado por el alcalde, Manuel Domínguez, y los diputados d e Turismo, Antonio Gómez Bueno –un habitual en este tipo de eventos-, Cultura, Manuel Tostado, Economía, Chavela de la Torre, Planes Provinciales, Antonio Luis Martín, y comarcales, Jesús María Ortiz y José Francisco Bautista, además de alcaldes, como el de Lumbrales a quien no le importó coger su piolet y salir también de senderismo, a la espera de que llegasen otros solo para la ‘manduca’. Además, fue gratificante y alegre la presencia de Eusebio y Pilar Mayalde, quienes siempre llevan con ellos el buen gusto por la tierra, la tradición y esa música que nos hace añorar a nuestros mayores.

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