Villarino: Decenas de senderistas disfrutan con la marcha Puerta de Las Arribes

Fuente: La Gaceta de Salamanca

Por Villarino dicen que pasaron Unamuno y también Alfonso XIII. Tierra de viejas leyendas de frontera, de labrantíos arrancados a los bancales del Duero, caminar por sus Arribes es adentrarse en un edén desconocido para muchos y al que los poetas todavía siguen buscando un nombre. El senderismo puede ser aquí una norma de vida, al recorrer estas veredas experimentamos la sensación de pisar por caminos hollados desde quién sabe cuándo. Para decenas y decenas de excursionistas este rincón del Duero se abrió este domingo de par en par con motivo de la séptima edición de la ruta "Puerta de Las Arribes".

Serían casi las once cuando los caminantes se pusieron en marcha desde las empinadas calles de Villarino hasta el manso Duero que en estos lares asoma por entre vides y olivos. Dejando atrás Zarapallas o Los Cabriles, se va dispersando el grupo hasta alcanzar Ambasguas, ese recodo donde el Tormes se entrega incondicionalmente al Duero. Un descanso no viene mal en este punto, algo de picar para coger fuerzas y nuevos bríos para los pies del caminante.

Ahora toca lo más duro de la marcha. Es momento de subir, de apretarse los cordones y agarrar la gayá con más fuerza si cabe. Por delante camina José Antonio González, guía y biólogo que con sus explicaciones hace las delicias de todos los participantes en la ruta. Este paisaje nunca se cansa de ser contemplado. Arrecian todos los aires de Villarino en el mirador del Duero cuando esta marcha llega a su fin.

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