Ha vuelto a casa por Navidad. El verraco de Las Merchanas ya está en el castro de donde salió hace treinta años. Con un nuevo look, muy favorecido gracias a la magnífica restauración de los técnicos de la Diputación de Salamanca, ya podemos disfrutar de su presencia en el lugar que le vio nacer hace dos mil años. Si el tiempo lo permite, estas vacaciones pueden ser un magnífico momento para visitarlo. El campo está pletórico, con sus paredes de piedra cubiertas de musgo y una alfombra de hojas de roble cubriendo gran parte del camino.
Y el Camaces corriendo y cantando a su paso por la pesquera.
En los últimos meses se ha musealizado aún más el recorrido y se han colocado nuevos portillos en las entradas de las fincas más próximas al viejo poblado, así como nuevos paneles y señales informativas que dejan al visitante con ganas de saber más sobre la vida y costumbres de estos antepasados.
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