Que el Día del Almendro se ha convertido en una fecha señalada y de referencia para visitar La Fregeneda, es indudable. Es fiesta de hermandad entre españoles y nuestros vecinos lusos por su proximidad fronteriza. Marca esta tradición la llegada de la primavera cuando tiene lugar la floración del almendro tan típica en estas zonas de Las Arribes. Y así ha sido, pues un sol de justicia ha brillado durante los actos que se han celebrado en la mañana dominical.
Se esperaba la llegada de miles de visitantes, tanto de la provincia de Salamanca como de Portugal, en La Fregeneda y, sobre todo, en el mercadillo instalado en la localidad del país vecino Barça de Alba. A las 11:00 horas tuvo lugar la recepción de las autoridades políticas españolas en el Ayuntamiento. Media hora más tarde, a las 11:30 horas, se hará lo propio con las autoridades lusas pero en el muelle Vega de Terrón. Por otra parte, a las 12:30 horas, se llevó a cabo la plantación simbólica del almendro para dar paso, posteriormente, al pregón a cargo de José Luis Puerto Hernández, poeta, etnógrafo y catedrático de Lengua y Literatura. Éste realizó un recorrido por el paisaje y paisanaje a través de la poesía, y citando a algunos de los autores más reconocidos, por diferentes generaciones. Hizo referencia al pasado, pero también al presente y al futuro. Ensalzó la tradición de esta fiesta y la importancia de haberla mantenido tantos años conviertiéndola en un referente. Abogó ´por el resurgir de Las Arribes, la comarca y las tierras cercanas portuguesas´. Concluyó deseando seguir celebrando este ´Día del Almendro´ en ocasiones futuras. En dicho acto también tuvo lugar la lectura y entrega de los premios de la XLVI edición del concurso literario ´Flor del Almendro´ y de los concursos locales.
La jornadatambién sirvió para la presentación de la maqueta de la vía ferroviaria que sirve de paso internacional, a las 14:00 horas de la tarde. Una hora más tarde, a las 15:00 horas, se sirvió un vino español a las autoridades, amenizando dicho festejo la música de la gaita y el tamboril de Ángel Rufino de Haro, ´El Mariquelo´, que no paró de deleitar con sus sones tradicionales durante toda la mañana.
