Fuente: Lasarribesaldia.es 2013-03-27

La Asociación Cultural La Muralla ya tiene confeccionado el programa de la décima escenificación del poblado vetón en el castro de Ecla la Vieja, representación que tendrá lugar el próximo día 30 de ste mes de marzo y en la que participarán medio centenar de vecinos para dar vida a carpinteros, herreros, druidas, guerreros, centuriones, vetones y vacceos.

El objetivo de esta iniciativa no es otro que dar a conocer uno de los monumentos celtas mejor conservados de Europa, y donde, a tenor de la estructura que presenta este castro y otros vestigios arqueológicos hallados en este enclave, la cultura vetona mantuvo una gran actividad entre el siglo V a.C. y el siglo IV d.C.

Entre las actividades previstas a lo largo de la jornada, cabe destacar los paseos en burro y manualidades en barro para niños, así como la explicación de los distintos oficios que cultivó el pueblo vetón. También, en horario de mañana, el público asistente podrá presenciar algunos de los rituales de este pueblo de orígenes celtas, escenas de caza y un ataque de pueblos vecinos.

Ya en la tarde, tras la comida en la taberna, a base de asados de carne,  a las 16,30 horas está prevista la visita de emisarios romanos para ofrecerles su protección ante el inminente ataque de los vacceos, ofrecimiento que no es gratuito y que por tal motivo los vetones no aceptarán. Tras que se consume el ataque de los enemigos, se representarán exequias en honor al jefe del poblado, cuyo cuerpo sin vida será incinerado en una pira.    

En la representación de la vida de los vetones en este castro no faltarán hilanderas, canteros y los trabajos que desempeñaban las mujeres dentro del círculo familiar. En cuanto a los hombres, como ya se ha apuntado, además de guerreros, la caza será uno de los temas principales con la captura de un jabalí y su posterior asado.

Por lo anterior, tampoco faltarán las escaramuzas con romanos y vacceos para acercar aún más a los visitantes la realidad que hubieron de vivir los pobladores del Sitio Viejo hace 2.000 años en Ecla la Vieja, como así se conoció este primer asentamiento antes de ser saqueado y quemado por el señor de Ledesma. Este suceso sobrevino cuando conoció que había de entregar estas tierras a la Iglesia de Santiago Apóstol por orden del rey Fernando II, del 5 de octubre del año 1184, en reconocimiento a los servicios prestados por sus caballeros, según relata Antonio López Ferreiro en su obra Historia de la Iglesia de Santiago (1902).