Fuente: La Gaceta de Salamanca 2011-08-19

Un aroma embaucador seducía este viernes a todos los que llegaban a Masueco pasadas las dos de la tarde. Los coches que iban de paso se paraban, los turistas se olvidaban de las fotos y los vecinos del pueblo se relamían porque la gran paella montada ayer en las calles olía que alimentaba de una punta a otra de Las Arribes. Dicen los que la cocinaron que serían cerca de mil raciones las que se ofrecieron. Mil raciones servidas con esmero y que dejaron en todos un buen sabor de boca.

Una larga cola de gente a la espera de su ración fue formándose alrededor de la iglesia parroquial. Buscando todos una bendita sombra, se esmeraban las trabajadoras en servir la paella lo más rápido posible para que nadie tuviera que tomar su plato frío. Con unas raciones que cundían lo suyo, todo de forma gratuita y a cuenta del Ayuntamiento, les aguardaba a los vecinos también un buen vaso de vino de Arribes o algo de sangría, perfecta para el calor y para bajar de paso el alimento.