Fuente: La Gaceta de Salamanca 2011-09-13

Lo de este martes en Barruecopardo no fue un encierro al uso, fue una carrera de velocidad entre los novillos, vaquillas y algún valiente mozo que todavía se atrevió a ponerse delante. Andaba el alcalde, Jesús María Ortiz, con el megáfono en la mano avisando de que pronto iba a empezar el encierro y ya estaba la manada metiéndose para los corrales. Ni tiempo hubo de verlos en la plaza, que los animales se fueron derechos a su nueva casa sin pensárselo dos veces. Decir que los toros tardaron algo más de un minuto en completar todo el recorrido tal vez sería mucho decir.

Con algo menos de personal en las calles del pueblo que en las jornadas precedentes, recordemos que el otro encierro cayó en domingo, ello no evitó que las peñas siguieran protagonizando el pasacalles previo a la suelta de los novillos. La música de charanga y una buena bandeja de embutidos son motivos suficientes para que la fiesta no decaiga. También volvieron a verse por las calles a los cabezudos tirando de vara y a los niños corriendo delante de los carretones.