El río Uces, en su tramo final, se desploma formando una gran cascada entre 40 y 50 metros de caída que en tiempo de crecidas forma un espectáculo sobrecogedor, originado por el ruido del agua al chocar contra las piedras y una densa niebla emergente como si de HUMO se tratara.

Frente a la cascada, en un desplome del cantil, se formó hace miles de años un abrigo natural que los hombres del Neolítico ocuparon, dejando en sus paredes el testimonio inconfundible de su presencia: grabados y pinturas estilizadas de misteriosa significación.

Otra gran obra de la ingeniería es la presa de Aldeadávila que retiene el profundo cauce del río Duero para la producción de energía eléctrica.

 


Si eres aficionado a la pesca disfrutaras al máximo en las laderas del rio Uces, y al mismo tiempo contemplaras sus maravillosos paisajes y sus molinos que nos recuerdan tiempos pasados.